sábado, 4 de abril de 2009

Otoño

Pasó algo curioso.
Era Viernes, pero no uno cualquiera... El cielo parecía en paz.
No supe hasta que pasó.

Caminaba, y la calle parecía un lugar nuevo.
Camino por esa calle aproximadamente 10 veces a la semana, pero ese Viernes era otra. Estaba vulnerable, estaba indiferente.

Y ahí fue donde pasó.
Tomé de casualidad mi pendrive, y puse Time To Pretend de MGMT.
Sin sorprenderme aún, levante la mirada del suelo y quede atónita.

Un hermoso haz de luz interrumpia con todo lo sombrío del primer día nublado de Abril; el haz caía justo sobre unas hermosas hojas amarillas, y en su cuerpo se podían ver las partículas de polen volando sin preocupación.

Justo en ese instante comenzó la musica, y no era retraso,
era perfecto, era lo inexplicable del sincronismo y lo bello de lo simple.

Las hojas caían y mi cuerpo no se movía. Me invadió una sensación extraña,
escalofríos y segundos de dulzura.

Es en ese momento que entendí, que el mundo se detuvo,
porque la perfección, está hecha en slow-motion.




Retomé rapidamente mi marcha, mirando la calle como si fuera otra.
Por fin había llegado el Otoño.

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